Una nueva entrada os traigo a todos. No se que os habrá parecido la anterior porque tan solo dos han comentado, aunque ciertamente no creo que la haya leído mucha más gente así que podría considerar el número de comentarios como algo extraordinario.
El tema que me he planteado hoy para traeros es el las fiestas que nosotros mismos montamos. Seguramente los canarios habréis oído hablar de la Amanecida, o fiesta de fin de verano de Melenara. Para los que no os contaré que esta es una fiesta que se organiza en la playa de Melenara (la niña mimada de Telde) con el fin de cerrar las actividades programadas para el verano, y que siempre se hace coincidir con el último sábado del mes de agosto, coincidiendo además con el fin de las fiestas de Melenara. Durante esta fiesta el ayuntamiento se encarga de montar un gran espectáculo de fuegos artificiales, de más de 30 minutos de duración en la última amanecida, con el que encandila a pequeños y mayores.
También cabe destacar dentro de esta fiesta que el ayuntamiento se encarga de la apuesta musical con la que animar el ambiente para que siga vivo hasta altas horas , horas tan altas que dejan de ser de la noche para convertirse en la mañana, viendo los que quedan aun con ganas el amanecer desde la playa de melenara.
Pero no quiero seguir echándole flores al ayuntamiento, ya que la iniciativa que ha emprendido este año ha sido del gusto de casi nadie, al menos entre los asistentes a la fiesta playera, y es que este año han querido prohibir completamente los asaderos en la zona de arena, que es la zona neurálgica de la celebración y donde se reúnen todos los asistentes, donde se bailan las canciones pinchadas por los Dj’s (casi siempre Promaster), donde la gente vive la fiesta. Este año, a petición de los vecinos de la zona, se ha prohibido expresamente cualquier tipo de fuego dentro de la playa, y se han relegado todos los fuegos a unos 200 metros de la zona de acción, se ha marginado a todos aquellos que mejor lo montan a una zona asfaltada, en medio de un aparcamiento, y en donde el ambiente es proporcionado únicamente por los mismos asistentes a los asaderos, por medio de motores para conseguir electricidad, y de este modo poder poner música, ya que la acústica de esa zona en concreto no es de las mejores.
Espero que para otro año se replanteen volver a la tradición, y si el problema es la suciedad de la playa como argumentan los vecinos que se aumente la cuadrilla de limpieza que sigue a la fiesta, que seguro que agradecen ese dinero extra.
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