martes, 2 de septiembre de 2008

Reencuentro(extenso)

El extremo aburrimiento que ahora me embarga es lo que me lleva a escribir estas pequeñas líneas. Se que debería escribir sobre algún tema en concreto, aunque no se cual podría ser. Tampoco se quienes serán los que lean esta nueva publicación dado que hace muchísimo tiempo que no he publicado nada, así que si había alguien que leyera mi blog, seguro que ya ha dejado de hacerlo. Por lo tanto casi es un articulo al aire, que dudo profundamente llegue a ser leído.

Me había aburrido de mi anterior estilo en el blog, pero no quería perder esos escasos artículos que ya había escrito, por lo que simplemente he cambiado la dirección de acceso. Ahora me pregunto, ¿quién me va a leer si mis conocidos no saben la nueva dirección?. Temo que sean muy pocos, pero esa es la verdadera razón por la que he llevado a cabo este cambio, para que los pocos comentarios que coseche no se vean influenciados por la amistad que poseo con esas personas.

Pero el aburrimiento no es solo de este día, sino que lleva asfixiándome desde hace días, y esa es la razón por la que elaboré una nueva teoría algo más positiva sobre las relaciones que la de la que partí. Y esta nueva teoría me dispongo a compartir con vosotros.

Partí del refrán popular que dice que “Un clavo saca a otro clavo”.

He pensado que eso es totalmente erróneo, al menos desde mi perspectiva de la vida.
Yo lo veo de la siguiente forma. Cada relación que tenemos en la vida no es un clavo que cuando la relación termina tenemos que extirparnos a base de otro clavo, ya que esto solo sirve para destrozarnos. Desde mi punto de vista cada relación es un clavo diferente que se clava en la madera de la vida (entiéndase por madera a nosotros mismos), y solo hay dos diferencias entre un clavo y otro, y estas son el tamaño de clavo, que pudiera entenderse como la calidad de la persona, y lo profundo que se clava en nuestro ser, que a mi modo de ver no es más que la parte en la que nos influyen las otras personas. Así que somos maderas enormes, grandes trozos en los que el resto de las personas que interactuan con nosotros se clavan, en mayor o menor medida, dependiendo de lo importante que sean para nosotros.

Hasta aquí la “pequeña” intervención de hoy. No preveía extenderme tanto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Roberto! Creo que tienes mucha razón en lo que escribes, un clavo no saca otro clavo. Una relación termina y al tiempo empiza otra, eso no significa que vayamos a olvidar a nuestra pareja anterior. Siempre queda algo,que por naturaleza es cariño (pero no siempre) y en otras cirscustancias puede ser indiferencia. Cada persona es un mundo y cada persona tambien,no podemos meterlas en un mismo saco. Con la pareja aprendes, ríes, saltas,lloras, e incluso te equivocas, a veces para mal o a veces para bien... Es un tema bien amplio. Besos!

Anónimo dijo...

Roberto, Roberto, Roberto...
Mi querido amigo...
Te vas a joder y vas a leer el comentario de una amiiiga tuya (esto viene por lo de que queriaas que no te escribiesen siempre tus amigos y eso xDD)
Bueno yo pienso que las relaciones están ahi... cada sociedad, cultura o religión les pone base distintas a las relaciones...
Yo, personalmente, me ahorro mi opinión...
Besos(K)