domingo, 8 de noviembre de 2009

Opinión II

“Nuestra intervención (guerra) es por el bien del país”.

¡Vaya! Ese argumento parece ser atemporal. Sin duda lo han utilizado las principales naciones del mundo cuando han querido auto-nombrarse como caballeros de la justicia, protectores de la paz y demás sobrenombres heroicos con los que buscaban justificarse. Sin embargo, este discurso no es, ni mucho menos, nuevo.

Remontémonos a la Edad Media, por ejemplo. Cojamos a la Iglesia Católica como protagonista de la anécdota. ¡Pobres infieles americanos!¡No conoces a “Dios” y han de ser convertidos para salvar sus almas! Sin duda debemos salvar sus pobres espíritus y acercarles la gracia de “Dios”. Abrámosles los ojos. No saben los que les conviene.

En esa época, a pesar del declive de las civilizaciones mesoamericanas su saber y sus costumbres no eran para nada primitivas. Su calendario era, en la práctica, igual de preciso que el calendario gregoriano. Y eso no era lo único, mas no me centraré más en estas culturas. Avancemos en el tiempo. Aproximadamente al XVIII o al XIX.

Ya ha pasado el siglo de las luces, y las revoluciones liberales han provocado la caída de muchas monarquías absolutistas. Los pueblos de la Vieja Europa se auto-gobiernan. Pero parece que solo estas ancianas naciones tienen este derecho. Sin duda se debe colonizar a los pueblos menos desarrollados, no conocen lo que les hará más bien. Invadamos sus tierras, llevemos allá nuestra civilizada fuera e impongámosles nuestras omnipotentes culturas. Llevémosles la economía moderna, explotemos sus tierras que ellos no saben sacarles partido.

¿Realmente no te suena esta historia? Me parece increíble que aún no la hayas relacionado con el punto al que desde el principio quería llegar. Pero antes, expongamos un último ejemplo. Al azar. Por ejemplo, situémonos en el año 2003. En Oriente Medio, en Irak para más señas. Hay un pueblo que liberar y ¡¡unos malvados a los que encarcelar!!. Estados Unidos, valeroso caballero y defensor de causas justas se auto-encomienda esta misión, y se ve respaldado por el gobierno de Gran Bretaña y por el de España. Salvando al pueblo iraquí, al que nadie le ha preguntado si quiere ser salvado. ¡Tremenda casualidad! Debe ser que las empresas petroleras estadounidenses son las únicas capaces de levantar la economía del país, pues poco han tardado en querer que esta vuelva a la normalidad, ¿por qué esa es su intención no? A decir verdad, creo que tampoco les ha venido nada mal la subida del precio del carburante. Parece mucha coincidencia, ¿o solo me lo parece a mí?

Todo esto, demasiado extenso quizá, era por una inquietud que me surgió el otro día. Y es que…¿bajo que principio puede un país intervenir en otro? Al que se le ocurra la respuesta que se legitiman si están respaldados por la ONU le preguntaría ¿y si ese país no pertenece a la ONU? ¿por qué ha de acatar sus resoluciones?¿por qué ha de agachar la cabeza?

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