Mojémonos

Pocos, muy pocos son los que, hoy en día, se lanzan al monte a intentar arreglar a una naturaleza cada vez más muerta por culpa de la mano del hombre. Todos sentimos orgullo, nos sentimos plenos al ver una montaña llena de verdor, nos llena el alma poder ir a un asadero o campamento al monte y ver nuestros pinos verdes, con grandes masas arbóreas por todos lados, pero eso no se consigue solo tras los incendios, o tras alguna catástrofe medioambiental, accidental o intencionada, detrás de ese gran milagro que es un monte verde y fresco existen mucha gente que se ha movido durante el resto del año, en este apartado os quiero hablar del voluntariado medioambiental.

Tras el incendio que asoló la isla de Gran Canaria el año pasado todos nos lamentamos terriblemente de la desolación que había quedado como resultado de esta devastadora catástrofe, pero muy pocos realmente hicieron algo por solucionar la situación resultante. Una de las consecuencias positivas, de las pocas todo hay que decirlo, fue la creación del Plan de Voluntariado Medioambiental de la Obra Social de la Caja de Canarias. Este plan de voluntariado surgió con el objetivo de ayudar a la repoblación de algunas de las zonas más afectadas por el infierno que asoló el centro y sur de la isla durante el pasado julio, entre los lugares en los que han decidido actuar se encuentra el Cortijo de la Data(a la derecha foto de una de las actuaciones en la Data), zona que sufrió la devastación pero que gracias a los numerosos voluntarios que allí acudieron ahora mismo hay más de 400 árboles plantados, además de mangueras con regadío por goteo para promover que esos árboles no mueran por sequía. Pero esta no es la única actividad que han realizado desde la primera actuación, allá por diciembre del año pasado, la penúltima actuación fue la primera de este tipo para los voluntarios, esta consistía en acudir a la zona de pajonales para intentar cortar la continuidad de la caña por el barranco mediante la antigua técnica del estronchado, esta técnica consiste en arrancar de un golpe seco la planta para intentar evitar que vuelva a crecer, aunque lo cierto es que son necesarias varias actuaciones como esta en la misma zona para conseguir que no crezcan más veces. Esta actuación se llevó a cabo de una manera tan eficaz que, en boca de algunos monitores de la actuación, se hizo mucho más de lo previsto, dejando la zona mucho más transitable y agradable a la vista. Actuaciones todas que no han llegado nunca a las 10 horas, pero que ayudan a nuestros montes a recuperarse de los errores que otros cometieron

Seguramente me haya extendido demasiado, pero me causa demasiada impresión oir tantas veces que el monte esta mal y que luego la gente no haga nada por ayudarlo. Con este artículo pretendo concienciar un poco a la gente de que si se quiere ayudar se peude hacer, de mil formas distintas, y que siempre se agradecen un par de manos más. Si alguien desea participar en el Plan de Voluntariado Medioambiental de la Obra Social de la Caja de Canarias que me lo diga dejándome su mail en un comentario y le dejare una dirección de correo electrónico donde podrá inscribirse a la próxima actuación.

Hasta la próxima!